martes, 5 de septiembre de 2006

El amigo de Saviola




Hola a todos, os voy a contar una historia que le ocurrió un chico que conozco, se llama Daniel y es un muchacho como cualquiera de nosotros, tiene 18 años y le encanta el fútbol

Juega en un equipo de su barrio y es una de los mejores, le gusta tanto el fútbol que no se pierde ningún partido de los que salen por la tele pero no solo se queda ahí, él vive cerca de un estadio del estadio del Barça y ha descubierto una forma de colarse en los entrenamientos, por lo que todos los días que puede, armado con un cuaderno y un boli, se cuela y observa las explicaciones que el entrenador le da al equipo, las jugadas, la colocación…, vamos que no se pierde detalle y toma apuntes que luego le sirven para cuando juega con su equipo.

Algunos jugadores se han dado cuenta de su presencia pero, de momento, no han dicho nada, por lo que él sigue con su trabajo.

Es normal que algunos de los jugadores se queden entrenando cuando el resto del equipo se ha marchado, sobre todo con jugadores que arrastran una lesión o algo así, y aquí es donde arranca nuestra historia…

Daniel se encontraba, como otras veces, agazapado en un rincón de las gradas tomando notas, en el campo estaba Saviola dando carreras por la banda y haciendo ejercicios. Él ya sabía que Daniel estaba mirando en una de las veces que pasó delante se paró y empezó a hablar con él, le preguntó su nombre la verdad es que Daniel estaba un poco nervioso y no sabía muy bien que hacer, por lo que se limitó a contestar a sus preguntas. Le dijo su nombre, y después añadió - Tú eres Saviola- , a lo que le contestó –Me puedes llamar Javier- , siguieron hablando y Javier le preguntó que hacia allí todos los días, Daniel le enseñó el cuaderno lleno de notas, y le dijo que le gustaba mucho el fútbol y por eso se colaba para aprender y llegar a ser una estrella como él, Javier se rió y le dijo que él solo era una persona normal que lo único que tenía de especial era su trabajo. Después de charlar un rato, Javier siguió con su entrenamiento, a partir de ese momento todas las tardes que Saviola se quedaba solo, Daniel salía de su escondite y se ponían ha hablar, algunas veces Daniel salía al campo y daban unos toques a la bola, pero eso era solo de vez en cuando.

Un día en los que se encontraban echando un ”uno contra uno”, en una entrada a Javier le dio un tirón y empezó a quejarse en el suelo sin poder ponerse en pie. Daniel no sabía que hacer, estaba muy asustado pensando que por su culpa se había lesionado, le ayudó a ponerse levantarse y apoyado en su hombro se fueron a los vestuarios. En el campo no había ni un alma, por lo que le dejó en las duchas y le preguntó si sabía donde guardaban los masajistas las cosas, Javier se lo indicó y Daniel se fue a buscarlo. Después de un rato regresó con unas vendas, pomadas y otras cuantas cosas que encontró por allí, por suerte él había sufrido en alguna ocasión algún tirón y se acordaba, más o menos, de lo que le habían hecho.

Javier salió de la ducha, con una toalla en la cintura, y cojeando de la pierna derecha, al verlo el corazón de Daniel empezó a latir de una forma super acelerada, cosa que él atribuyó a los nervios. Daniel le preguntó si estaba mejor, a lo que Javier le contestó que debía ser el abductor, pero que no se preocupase, de todas formas Daniel le dijo que le pondría un poco de pomada, y una venda. Javier se quitó la toalla y se tumbó en una camilla, Daniel se le quedó mirando como hipnotizado y su corazón no paraba de latir parecía que se le iba a salir del pecho. No sabía que le estaba ocurriendo, pero no podía quitar la vista de la entrepierna de Javier, no era la primera vez que veía a alguien desnudo, pero el hecho de tenerlo tan cerca, y estor solos le dejaba bastante cortado. Javier tenía las piernas depiladas, y no tenía casi pelos en los huevos, lo que contrastaba bastante con la mata de pelo negra que tenía sobre su polla, tenía los huevos blandos y la polla colgaba por uno de los lados, estaba circuncidada, por lo que se podía ver el color rosado del capillo contra la piel oscura de todo su cuerpo. Javier se movió para colocarse mejor en la camilla, lo que hizo que Daniel regresara de repente a la realidad, miró a Javier que estaba con los ojos cerrados y gesto de dolor, y rezó para que no se hubiera dado cuenta de nada, y puso la toalla arrugada entre sus piernas tapando su sexo y los pelos que cubrían la base de su polla.

Daniel cogió un poco de pomada, y empezó el masaje en la parte interior del muslo derecho, lo que hizo que Javier se quejara un poco, pero al reato se relajó y dejó que siguiera con el masaje indicándole en que lugar tenía que hacer más o menos presión. Daniel fue subiendo, siguiendo las indicaciones, y en uno de los movimientos de mano rozó con la yema de los dedos los huevos de Javier, este no hizo el más mínimo movimiento, como si no se hubiera enterado, pero cuando Daniel siguió el masaje un poco más abajo Javier protestó – Un poco más arriba, donde antes, ahí justo ahí- indicando la zona del muslo donde el tendón se hace más visible, justo la zona que Daniel estaba intentando evitar, ya que al estirar los dedos tocaba claramente gran parte del huevo derecho de Javier. Este se dio cuenta de que Daniel estaba poniéndose nervioso, y con la toalla apartó los huevos hacia el otro lado diciendo - No te preocupes, ya estoy acostumbrado a que los masajistas me toquen, al principio me importaba, pero ya ni se me sube- , y le preguntó a Daniel que se le habían tenido que dar masajes a él en su equipo, este por no quedar mal le contesto – Si claro, yo también estoy acostumbrado a eso, en un vestuario de hombres ya te acostumbras a todo- y los dos se rieron a carcajadas, y pensó en algo para salir del apuro -Yo no estaba nervioso por eso, es que tenia miedo de hacerte daño si apretaba muy fuerte-, y siguió con el masaje.

Javier se relajó, cerrando los ojos, y Daniel pensó que por esto tenían que pasar todos los días los masajistas de los equipos todos los días, así que siguió a lo suyo pero no podía dejar de pensar en lo que había pasado, lo que había visto… Poco a poco notaba como su polla crecía dentro de su calzoncillo, sentía como su dedo pulgar se acariciaba los pelos sedosos y húmedos del pubis de Javier, la toalla se estaba aflojando con el movimiento colocándose los huevos nuevamente en su sitio, y asomando ligeramente por el lado, Daniel seguía con su movimiento de vaivén, rozando los huevos pero sin atreverse a decir nada, su polla estaba tiesa como un palo y él estaba super confundido por todo aquello, pero también super excitado, lo que le hacía ser cada vez más atrevido.

En ese momento sintió que algo rozaba su pulgar, Javier tenía las manos a la vista, por lo que no podía ser otra cosa que su polla, al principio pensó que se habría descolocado con el movimiento, pero aquello no dejaba de moverse, miró a Javier, que seguía con los ojos cerrados, y decidió que en la siguiente bajada se haría el despistado y lo tocaría. Levantó el dedo pulgar todo lo que pudo y bajó la mano, entonces pudo sentir el tacto de la polla de Javier dura como una piedra, nunca había tocado la polla de nadie, por lo que se sintió raro y dejo de tocarlo. Miró a Javier, esperando encontrar alguna reacción, pero seguía con los ojos cerrados y relajado como si no hubiera pasado nada, su corazón no podía bombear más fuerte, tenía la sensación de que se podía escuchar desde fuera, pero la excitación cada vez era mayor y la calentura también, por lo que haciendo se el despistado volvió a utilizar la táctica del pulgar. Esta vez dejó el dedo todo el rato, había bajado la intensidad de los movimientos por lo que pudo disfrutar lentamente de toda lo largo de la polla de Javier, que parecía bastante larga, y del paso también por la bolsa de los huevos que estaba poniéndose dura por momentos. Estuvo así un rato sin que Javier hiciera el más mínimo movimiento, procuraba no hacerlo muy descarado, y de vez en cuando trasladaba su masaje a otras zonas del muslo. En uno de los movimientos para acceder a una parte más baja, la toalla se cayó al suelo, Daniel miró nuevamente a Javier, haciendo verdaderos esfuerzos por no mirar lo que se le descubría ante sus ojos, pero este seguía sin moverse, tal vez no se había dado cuenta o tal vez no le importaba, entonces cogió aire y bajó la vista despacio hasta encontrar la enorme polla de Javier totalmente empalmada.

En ese momento paró el masaje, no tenía fuerzas para seguir, casi se cae redondo, tenía la sensación de que iba a correrse solo de lo que estaba viendo, todo aquello era nuevo para él y estaba super excitado. Javier abrió los ojos

–Joder tío, como me has puesto-

Daniel no fue capaz de decir nada, y se limitó a mirarle fijamente.

-¿No irás a parar ahora?- pero viendo la cara de Daniel, comprendió que era la primera vez que estaba un una situación así.

- No te preocupes tío, esto es la cosa más normal del mundo, yo me he hecho muchas pajas con los compañeros de equipo, sobre todo en las concentraciones-

Daniel le dijo, con la voz entrecortada que es que el no sabia, no había pasado nunca por esto.

-Tío lo haces muy bien, ya as visto como me as puesto en un momento-, -Es como si te hicieras tu una paja, pero con mi polla-

Javier cogió la mano de Daniel y la puso sobre su polla, este seguía nervioso, estaba como flotando, el corazón le latía con fuerza y su cerebro daba a vasto para procesar todo lo que estaba pasando. Acarició lentamente la polla de Javier, que ya se había tumbado y estaba disfrutando del momento, aquel pedazo de carne caliente y duro temblaba al contacto con su mano que no dejaba de acariciarlo, decidió probar el tacto de los huevos y pasó una mano por ellos, eran muy suaves ya que al tener poco pelo se podía sentir mejor el tacto de la piel, luego los acarició y estrujó sintiendo como se movían dentro de la bolsa. Intentaba compararlo con lo que sentía al tocar se a él, pero no tenía nada que ver, la sensación era mucho más intensa y el tamaño de la polla y los huevos de Javier eran mayores.

Se decidió a agarrar la polla con la mano derecha, mientras seguía masajeando los huevos con la izquierda, según se encontraba era bastante incomodo, por lo que decidió sentarse en la camilla entre las piernas de Javier. Desde esa posición contemplaba las piernas abiertas de Javier, mientras su propia mano subía y bajaba por el tronco de esa maravillosa polla, que desde allí parecía aún más grande, y decidió acercarse y seguir acariciándole los huevos con la otra. Al poco tiempo Javier comenzó a gemir y a moverse de firma salvaje, su polla se ponía cada vez más dura y sus huevos estaban como una pelota de tenis, de repente comenzó a salir el semen de entre los dedos de Daniel, los primeros chorros de leche le salpicaron el pecho y la cara antes de darle tiempo de dirigirlos contra el cuerpo del propio Javier, que se retorcía mientras le pedía que no parase. Estuvo manteniendo el movimiento, mientras rebozaba por los huevos la leche que resbalaba entre los dedos de la mano que tenía agarrada la polla, estaba super excitado y no dejaba de sobar.

Cuando notó que la polla ya se había quedado arrugada y sin fuerza, dejó el masaje y se levantó de la camilla cogiendo una toalla para limpiarse las manos. Javier se estiró, como la cosa más normal del mundo se sentó en la camilla y le dijo:

-Ha sido la mejor corrida desde hace mucho tiempo-

-Lo haces muy bien-

Daniel estaba limpiándose y mirando al suelo, sin atreverse a contestar. La verdad es que no le hacia mucha gracia que le dijeran eso, le daba la sensación de ser una especie de chapero, como si le hubiera utilizado para desahogares. Acababa de hacer una paja a un tío, algo que jamas se le hubiera ocurrido, pero la verdad es que la experiencia le había gustado y estaba muy excitado.

-Ahora te toca a ti- le dijo Javier.

Daniel se quedo un poco cortado, mirando con los ojos muy abiertos a Javier que le miraba con una sonrisa.

-No, no te preocupes- le dijo.

-Si, te vas a quedar tú así- y le señaló la entrepierna en la que se distinguía el bulto de su polla apuntando hacia arriba. Daniel siempre ha tenido problemas para disimular sus erecciones, y más con los pantalones de deporte.

-A mi me has hecho disfrutar un montón, y lo normal es que te haga yo a ti lo mismo- Le dijo mientras le sentaba en el borde de la camilla, casi cogiéndole en el aire. –Además estas cosas son así, tu me la haces a mi y yo te la hago a ti-

Comenzó a quitarle la camisa, Daniel no sabía que hacer, estaba muy nervioso y cortado, por lo que decidió no hacer nada y dejar que las cosas siguieran su curso. Javier le quitó la camisa, las playeras, los calcetines y los pantalones, dejándole solo con las con los calzoncillo que parecían una tienda de campaña.

-Ya se que esto no la has hecho nunca, así que cierra los ojos y disfrútalo. Si te da corte imagínate que estas con una chica-

Diciendo esto le bajó lentamente los calzoncillo, hasta quitárselos del todo, la polla de Daniel saltó como un resorte tiesa como un palo, Javier le abrió las piernas para situarse entre ellas y comenzó a acariciarle el interior de los muslos, pasando sus manos despacio y jugueteando con la mata de pelos que tenía entre las piernas. Lentamente se fue relajando e intentando sentir cada una de las caricias que Javier le estaba haciendo, decidió no cerrar los ojos, en contra de lo que le había aconsejado Javier, , quería que no se le pasase ni un detalle para luego poder recordar y analizar todo lo nuevo que estaba experimentando ese día.

Javier poco a poco comenzó a acariciarle los huevos, masajeándolos entre las dos manos, subió hasta su polla y la acarició lentamente. Para Daniel esta experiencia era totalmente nueva, nunca le habían tocado antes la polla, ni siquiera con sus amigos había tenido esa clase de experiencias de las que todo el mundo habla. La verdad es que aquello le estaba gustando mucho, no podía mantenerse sentado por más tiempo, por lo que se recostó sobre sus brazos y subiendo las piernas y apoyando los pies en la camilla, para poder relajarse y disfrutar, pero sin perder la vista de lo que estaba pasando, ofreciéndole a Javier una visión perfecta de sus huevos y del agujero del culo, que quedaba al aire.

Aquello parecía una película porno, estaba allí semitumbado, viendo como un tío le hacia la mayor paja que jamás había experimentado, nada que ver con las muchas que se había hecho con las revistas de los colegas. Desde su posición podía ver a Javier como le masajeaba los huevos, y como su mano derecha se movía rítmicamente de arriba abajo, de vez en cuando sus miradas se cruzaban, y Javier le sonreía y le preguntaba si le gustaba, Daniel sin poder hablar se limitaba a gemir y devolverle la sonrisa. En un momento determinado Javier comenzó a pasar uno de sus dedos por el agujero de su culo, sin dejas de masturbarle con la otra mano, al principio este se contrajo, pero poco después Daniel empezó a relajarse y concentrarse en las caricias y sobre todo en el movimiento de su polla que cada vez era más rápido. Al poco rato y animado por que Daniel no oponía ningún tipo de resistencia, Javier comenzó a meter poco a poco el dedo dentro del culo de Daniel que estaba gimiendo caza vez con mas fuerza, siguió introduciéndolo hasta que lo tuvo totalmente dentro y empezó a moverlo dentro y fuera. Este le miró, pero no pudo decir nada porque estaba a punto de correrse y la verdad es que todo esto le estaba excitando tanto que de repente comenzó a soltar chorros de leche.

Javier por la forma de moverse ya sabía que se iba a correr y apuntó a Daniel con su polla, de tal forma que los primero chorros de semen cayeron directamente en su cara, incluso parte le cayó dentro de la boca, pero en este momento le daba todo lo mismo, así que se lo trago y relamió como si fuera una de sus bebidas favoritas. Javier sacó poco a poco el dedo de dentro de Daniel, y comenzó a masajearle otra vez los huevos.

-Sigue así, tranquilo, tranquilo-, -Córrete sin miedo, hasta que no te quede ni una gota-, le decía Javier sin dejar de masturbarle.

Así siguieron por un rato, hasta que Javier se levantó, para limpiarse las manos con la misma toalla que antes había utilizado Daniel.

Daniel estaba hecho polvo, cansado por la sesión de sexo que había tenido, lleno de semen por todos lados, pero se sentía fatal por lo que acababa de hacer, no podía dejar de pensar que era un bicho raro por haber tenido esa experiencia con otro tío, pero lo peor es que le había gustado. Javier estaba tan amable como siempre, y parecía que todo aquello no le había afectado nada, pero se dio cuenta que algo no marchaba bien.

-¿Estas bien Daniel?- -¿No estarás preocupado por lo que hemos hecho?-

-Un poco- le contesto Daniel.

-No te preocupes, esto es la cosa más normal del mundo. Cuando estamos de concentración que no pueden entrar mujeres, es la única forma de desahogarse-

-Es que nunca he estado de concentración-

-Pues no te preocupes, que esto es normal entre colegas, y no por eso eres menos macho-, -Yo lo hago desde que tenía menos años que tú y no he dejado de ligar, ni de tirarme a todas las tías que se ponen a mi alcance-

Los dos se rieron, mientras Daniel se bajaba de la camilla y comenzaba a recoger su ropa.

-Lo importante es que te lo hayas pasado bien-, -¿Te ha gustado?- le dijo Javier.

-Mucho, me lo he pasado muy bien, no me lo había pasado tan bien nunca-

-Pues si esto no es nada, en las concentraciones se hacen cosas aún mejores, ya las probaremos poco a poco- y miró a Daniel que le sonreía con cara de estar deseando.

-Ya está, para que veas que no pasa nada, el próximo Viernes nos vamos a ligar unas tías tu y yo, los dos juntos.¿Vale?-

Daniel dijo que sí con la cabeza y sonrió, mientras se ponía la ropa después de haberse secado un poco los restos de semen que resbalaban por su cuerpo. Sabía que dentro de poco el personal de limpieza llegaría y quería estar fuera de allí para entonces.



Después de un largo viaje para llegar a Alemania donde seria el torneo del Mundial de Fútbol llego la selección Albiceleste al hotel que los hospedaría los días en que duraría la primera etapa de aquel torneo

Ya saben quien se quedara con quien así que solo les daré las llaves de sus habitaciones

Les decía el auxiliar del técnico Pekerman la mayoría estuvo de acuerdo con el compañero que les había tocado así que fueron a instalarse

Habitación de Javier Saviola y Pablo Aimar

Mira tele y dvd podremos ver algunos films Javi . Dijo con una sonrisa gustosa a su compañero quien le gusto también la idea o más bien pensaba en otra mejor

Si muy bueno pero a mi me gustaría ver otras cositas mm vos me entedes

Dijo mientras rodeaba con sus brazos la cintura de Pablo y lo hacia estremecer con su calido aliento y a la vez fresco

Javi ¿no podes estarte tranquilo? Apenas llegamos y ya quedes hacer travesuras. Le dijo según molesto por el comportamiento de su pareja sentimental

Todavía tenemos tiempo para encontrarnos con los demás hay que aprovechar Pablito me muero de ganas

El conejito sin aguantar más condujo sus manos bajo la playera de Pablito el cual suspiraba profundamente al sentir esas calidas manos

¿y si alguien entra y nos ve que excusa les diremos? . a pesar de sentirse excitado también tenia sus preocupaciones ya que nadie sabia de su relación bueno desde aquel día porque uno de sus compañeros lo sabría accidentalmente claro esta

Habitación Oscar Ustari – Lionel Messí

Ahora vengo voy a pedirles el otro control para el Play . Entonces Messi uno de los mas jóvenes de la selección fue a la recepción a pedir un control para aquella maquina para así pudieran jugar los dos

¿La recepción, la recepción? Este lugar es grande lo mejor era hablar por el fon del cuarto a los demás también les debieron de haber puesto su play

Pensó en esa posibilidad y para no tener que bajar decidió pedirle a sus compañeros ese control que sabia que no usarían

¿Saviola , Aimar están? La puerta esta abierta a lo mejor no están. entonces pensando en eso abrió la puerta pero al hacerlo sus ojos no dieron crédito a lo que veían

mm que rico conejito tu sabes como tratarme segui conejito de mi amor

Aimar gemía de gusto al sentir la rica boca de su adorado conejo hacer delicias en su precioso miembro y mientras que ellos se encontraban entregados al placer Messi estaba en una especie de shock

¿Pablo Aimar y Javier Saviola sin pareja? . se pregunto incrédulamente ante lo que veía por una parte su cuerpo le decía que se fuera pero otra parte la cual ganaba le pedía quedarse y ver mas

Pablito prepárate que tu conejito muere por estar en tu rica madriguera. le decía con lujuria en su voz ¿Quién diría que detrás de ese inocente rostro se escondía uno mas perverso y cachondo?

Solo se bueno conmigo mi amor que apenas llegamos y quiero aguantar mas

Le decía con voz pausada y a la ve excitada Pablito a su novio el conejito el cual con delicadeza lo preparo

Que rico culo tienes Pablito me encanta preparar tu madriguera

Luego de lamer ese ano tan rico que se veia jugo con sus dedos dentro de ese agujerito Aimar respiraba profundamente sintiéndose en el cielo

Ya no aguanto meteme tu hermoso pedazo de carne dentro

Y así muy obediente Saviola dejo de prepararlo para meterle poco a poco y muy lentamente su pedazo de carne el cual estaba duro como una piedra y caliente era como una piedra de volcán ardiente

Mm que delicia tu madriguera se siente tan rica no quiero salir nunca de este calor

Le decía en un profundo suspiro y sin esperar mas porque Pablito comenzó a contonearse para que el conejito comenzara con sus embiste así lo hicieron Javier era lento y ala ves rápido

Ya no aguanto, Pablito me voy as venir en vos. y dicho e hecho así lo hizo después de unos minutos de estar dentro de aquella caliente cuevita

Todavía tenemos tiempo para descansar un ratito mas

Y con un beso que Saviola le dio a su novio se taparon de bajó de aquellas sabanas mientras que su testigo mudo se fue lo mas rápido posible a su habitación

¿Conseguiste el control? Le pregunto Ustari al verlo de vuelta Messi tan solo negó físicamente ni se acordó de tal cosa ya cuando debían de estar dormidos Lio recordó aquel momento entre Javier Saviola y Pablo Aimar tanto que su inquieta y juvenil mano fue a encontrarse con su semi excitado miembro

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