Alberto Ruiz-Gallardón el peor ministro de Justicia
Ni abortar es obligatorio, ni ser madre está prohibido. Vosotras parís, vosotras decidís
El aborto deja de ser un derecho y la mujer solo tendrá la última palabra en caso de violación
El Gobierno de España da luz verde a la 'Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la embarazada'
La nueva norma, aprobada por el Consejo de Ministros, elimina los plazos para abortar libremente y la mujer solo podrá decidir en caso de violación
Y las mujeres del PP ¿dónde están?, ¿todo correcto para ellas?, alucinante, triste pero real, aunque claro militar, votar y permanecer en un partido facha e insensible como el PP, dice nucho de ellas
El presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco (c), el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (i), y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella (d)
Fachas unidos
Para los Juegos Olímpicos, hay. "Por supuesto que hay dinero para pagarlo", dijo Luis de Guindos este jueves al ser preguntado por el esfuerzo para costear Madrid 2020. Los juegos tendrán un coste estimado para las arcas públicas de 1.500 millones de euros.
El ministro de Economía ha garantizado la solvencia de España en caso de que Madrid fuera elegida el sábado como sede de los Juegos Olímpicos de 2020 y ha considerado que esa elección supondría "un espaldarazo" a las reformas del Ejecutivo.
El ridículo de Ana Botella al responder preguntas en inglés
Te puedes meter por el coño tus juegos, fachas casposos de mierda. Fin de la cita
Ana Botella, manzanas traigo.
EuroVegas y las Olimpiadas salvaran a la humanidad
La palabra fachas suena a 'viejuno' pero me encanta
Wert: si un universitario sin recursos saca menos de un 6,5, "debería estar estudiando otra cosa"
"Parece que el que es más pobre tiene que ser más inteligente", resumía hace unos días el rector de la Universidad Complutense
El ministro de Educación ha vuelto a hablar de las razones que le llevan a pensar que un estudiante sin recursos debe tener un rendimiento mínimo en la universidad para recibir una beca que le permita pagar las tasas. "La pregunta que hay que hacerse es si ese estudiante que no puede conseguir un 6,5 está bien encaminado o debería estar estudiando otra cosa", ha dicho José Ignacio Wert en una entrevista en Los desayunos de TVE, en referencia específica a aquellos que reciben ayuda pública para poder estudiar en igualdad de condiciones que sus compañeros.
Varios colectivos en defensa de la educación pública han denunciado en las últimas semanas que se incurre en una injusticia al exigir a los jóvenes con menos dinero que rindan por encima de sus compañeros para acceder a la misma programación educativa. "Un 6,5 no es una exigencia exagerada", ha insistido Wert, "está por debajo de la media del resto de alumnos".
Además, el ministro niega que esté sacando adelante la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en solitario. "Ve mi agenda y he dedicado el 70% de mi tiempo a hablar, a dialogar", ha dicho. "Lo que no se va a incorporar a la reforma son los argumentos inmovilistas que se niegan a afrontar la reforma", ha precisado.
Rechazo de la comunidad educativa
Los rectores de las universidades españolas calculan que la mitad de los becados podría perder las ayudas con los nuevos requisitos y han dejado solo al Gobierno se queda solo en su defensa del endurecimiento de los méritos académicos necesarios para obtener y conservar las becas. Los rectores sostienen que las ayudas son un derecho y no un premio al rendimiento o a la brillantez de los alumnos.
Tras el rechazo del Consejo Escolar y de los consejeros autonómicos, los rectores de las 75 universidades españolas piden la retirada del borrador y el retorno a la política de becas de la administración anterior. "Parece que el que es más pobre tiene que ser más inteligente", resumía el rector de la Universidad Complutense, José Carrillo.
Sin esclavitud no hay algodón; sin algodón no hay industria moderna. K.Marx
En el Milán del siglo XVII ante la expansión de la peste que hizo estragos en la sociedad, la sicosis se extendía en la creencia de sus ciudadanos contra aquellos que vinieron a llamar como los “untadores”. Este era el nombre que recibían aquellos que se creía que iban untando con sustancias infectas las puertas de la ciudad, ayudando así, a extender la enfermedad. En la nueva Edad Media a la que nos están enviando las élites de burócratas europeos y españoles al servicio de las finanzas, los parados se perfilan como perfectos sustitutos de los untadores. No se debe a la maldad o la bondad de los gobernantes, no es una cuestión moral, se trata de una opción ideológica basada en el odio a la democracia y por lo tanto, el desprecio a la población y a sus perspectivas de vida. La prestación por desempleo empieza a dejar de ser un derecho, para convertirse en un grillete que acerca al parado al rango de reo, de culpable a ojos de la sociedad. Quien tiene la culpa arrastra la deuda y al igual que sucede a nivel macroeconómico, culpables lo son quienes menos culpa tienen. El fascismo social se nutre de aquellos principios que ubican a los más débiles y desposeídos en el punto de mira de los que se encuentra un peldaño más arriba; es la guerra del penúltimo contra el último. El desprecio al paria no surge de los sectores populares, al contrario, se puede manifestar entre ellos, pero es un discurso que siempre surge de las élites que se inocula de arriba hacia abajo en defensa de sus intereses.
El empleo, aquel elemento que la modernidad acabó naturalizando como la principal actividad humana y que con el tiempo, los explotados lo usaban de punto de partida para luchar contra la explotación a la que les sometía, ha cambiado radicalmente su significado. Los breves tiempos en los que, tras 150 años, el salario aumentaba a la par que la productividad y el consumo, colapsó hace décadas, pero la emisión de crédito ha maquillado el descenso del peso salarial sobre el total del PIB. Todo lo que en su tiempo llego a ser el Estado en términos sociales se esfuma paralelamente al ascenso del Estado penal. Pasamos del bienestar (welfare) al estado de trabajo (workfare). Trabajar ya no aporta ningún bienestar, aunque sea fuera del empleo, ahora si quieres sobrevivir debes aceptar menos bienestar para poder trabajar. Hemos pasado del “da igual que empleo sea mientras que te paguen”, al “da igual que salario sea mientras trabajes.” Todos somos potenciales parias, en mayor o menor medida, pero siempre apuntando en la dirección que nos conduce al barranco.
Así las cosas, las medidas que anuncia la Comunidad de Madrid de forzar a los parados que cobran prestación a presionar a la baja el precio de la fuerza de trabajo, o el consejo del Banco de España de pagar por debajo del salario mínimo interprofesional –SMI-, buscan –entre otros motivos- ofrecer a los especuladores una imagen de país competitivo. El esperpento que guía las líneas maestras de nuestra lumpen-oligarquía gobernante tiene un claro proyecto de país: hundir a España en la servidumbre. Seremos competitivos a ojos de quienes invierten para luego fugarse a la bolsa, en tanto y cuanto, seamos baratos, precarios y en ausencia de toda ley protectora. Gota a gota, nos vamos hundiendo en un océano de podredumbre donde a los que levantan la dignidad del país les llaman vagos y a los patriotas anti-españa. La gente común y su igualdad de nacimiento es lo que da sentido a una nación, la casta financiera-política-patronal son los colonos que nos quieren convencer de que el trabajo nos hace libres.