Yo jamás había sentido atracción por ningún chico ni tan siquiera lo había pensado, lo que a mi me excitaba era solo y exclusivamente las mujeres, y algunas chicas de mi clase o amigas de mi hermano eran frecuentes en mis pensamientos eróticos. Pero ese momento en el que me excité y deseaba chupársela a mi primo, cambió las cosas…en parte.
Esa noche, después de cenar y hablar con el resto de la familia, nos fuimos a dormir a la tienda de campaña yo y mi primo (dormíamos en la misma). Las dos noches anteriores, al igual que yo se quitaba toda la ropa y se quedaba en calzoncillos para dormir sobre el saco, ya que había mucho calor, pero nunca me llamó la atención y mucho menos me excitaba, pero esa noche fue distinta. Solo de verlo quitarse la ropa, tumbarse sobre el saco, y ver su paquete, me daban unas ganas tremendas de bajarle el boxer y comerle todo. El se durmió pronto, pero yo no pensaba en otra cosa, y estaba tan caliente imaginándome como su ex novia se la chupaba, que mi impulso no me llevó a otra cosa que a hacerme una paja ahí a 20 centímetros de él, pero en ese momento poco me importaba. No tardé mucho en correrme, mientras experimentaba un placer inmenso, era la primera vez que me excitaba y me masturbaba pensando en un hombre.
Al día siguiente desde que me desperté, no pensaba otra cosa sino en una estrategia o plan con el único fin de ver a mi primo desnudo, y a ser posible , algo mas…, pero sabía que era no solo complicado sino muy peligroso, si la familia se enteraba que me gustaba ver a mi primo desnudo y aun peor, que me excitaba pensando en él, no podría ni mirarles a la cara, pero en fin, casi que pesaba más mi placer.
Le propuse a mi primo hacer una excursión, ir caminando a una pequeña cala y pasar ahí el día, el dijoque si, y mis padres nos dejaron, así que marchamos. Por fin llegamos, después de casi una hora de camino, y la playita estaba absolutamente solitaria. Dejamos las mochilas a la sobra, y nos fuimos directos al agua. Cuando salimos, después de pensarlo mucho, le dije a mi primo: “oye, ya que no hay nadie en la playa ni aparecerá nadie a estas horas, ¿por qué no nos quedamos en bolas?”, yo pensé que mi primo diría que no, pero la reacción fue reírse, y decir luego: “ok, nos quedamos en bolas”. Así que yo llevé la iniciativa, me quité los bañadores, y el acto seguido se quitó los suyos. Evidentemente no podía contemplar plácidamente sus atributos, porque cantaría mucho, pero siempre que podía y aprovechando que el estaba despistado, me deleitaba mirando. Por su puesto tenía la polla en reposo, no era muy grande, pero daba igual, ya me había empeñado en ella así que me hubiese gustado si era grande o chica, así que estaba encantado. Cuando estábamos echados en la arena, el me miró y me dejó un poco sorprendido: “oye, tú tienes la polla más grande que yo” dijo mientras sonreía, yo la verdad que en ese momento me quedé sin palabras, no sabía que decirle: “jeje, bueno…la tuya tampoco es pequeña…” y ya para acabar de matarme dijo “jajaja, pues eso también piensa las chicas con las que he estado, sobretodo cuando la tengo dura me la pelan hasta el final, jajaja”. Yo no sabía que hacer, si reírme, si irme corriendo al agua…o decirle que yo mismo se la podía pelar si quería…al final solo me reí. Inmediatamente tumbó su cabeza en la arena, y cerró los ojos mientras cogía sol, yo aproveché la ocasión para mirar su polla y sus huevos, que tampoco estaban nada mal. Como era lógico, me excité y tuve que entrar al agua a ver si se me bajaba el calentón…y la bandera, pensaba que si me la veía tiesa mi primo, no sabía que podía pensar.
Yo realmente, pensé que el plan no iba a tener éxito, que mi primo no cedería, ya que se mostró claro y tajante al respecto, mas cuando acabó la conversación sonriendo y diciendo “estás loco tío” y se lanzó al agua. Poco después, nos comimos el bocadillo y retornamos al campamento. El la verdad que se quedó un poco callado, y a mi me daba cosa hablarle, ya que pensé que podría pensar que soy gay o peor aún, que le estaba insinuando algo, y tenía mas miedo aun que él se lo podría decir a alguien, que soy gay cuando realmente no lo era, solo me llama la atención él, y no los hombres en general.
Llegamos, cenamos con la familia, mi madre me preguntó que qué tal la excursión, Raúl no levantó la cabeza del plato, y yo le dije un escueto; “bien…”. Mi madre se extrañó y dijo que si pasó algo, si nos habíamos enfadado o algo de eso porque estábamos toda la noche raro, yo se lo negué, y Raúl también, le dijo que solo estaba cansado. Y yo realmente estaba preocupado, y quería zanjar la posible confusión.
Al rato de cenar, me levanté y dije que me iba para la tienda a dormir, que estaba cansado, mas bien me fui antes de tiempo para evitar el momento embarazoso de ir juntos a dormir. Mi sorpresa fue cuando ya estaba dentro de la tienda y tumbándome en el saco, cuando Raúl abrió la cremallera, “yo también me voy a acostar…” me dijo.
Cuando ya entró y se tumbó sobre el saco, aproveché la ocasión para aclarar; “mira Raúl, quiero que sepas una cosa, porque te veo muy raro conmigo y no quiero que pienses mal, lo primero es que no soy gay, no me gusta otra cosa que no sea una tía, y lo segundo, lo que te dije que bueno, que me gustaría probarlo, lo de chuparle la verga a un tío, no te lo tomes a mal ni pienses que lo decía por ti, yo creo que de hablar del tema de sexo y tal, se me fue un poco la bola, y no quiero que…” en eso el me interrumpió y me dijo “no te preocupes tío, no tienes que disculparte por nada, a mi ni me ofendiste ni me vi amenazado…jejeje”, entonces le dije “ufff, pues no sabes cuanto me alivia oir eso, no querías que pensara mal y digas por ahí que me estoy insinuando a los tíos…jajaja”. Yo realmente me sentí aliviado, vi que me lo dijo de forma sincera, pero jamás, jamás me podría imaginar que la conversación acabará de la siguiente forma…: “mira, no te preocupes, además lo que me dijiste tampoco es una locura, lo que pasa que así de pronto me cogió un poco de sorpresa, pero yo nunca pensé que podrías ser gay o algo de eso. Yo he estado pensando, y a lo mejor tienes razón, hay que probar cosas nuevas…jejeje” yo no me creí lo que estaba escuchando, no sabía si lo decía para enfriar la situación y restarle importancia, o estaba lanzando un mensaje, así que yo le dije; “jeje, no no, hay que probar lo que a uno le apetece o le llama la atención”, seguidamente me dijo: “¿tu me harías a mi una mamada?”, yo estaba ya desconcertado, y le dije: “jeje, te estas riendo de mi o qué?, el me contestó: “no no, en serio, he pensado en eso, y quizás tengas razón…”, así que yo por segunda vez en el día me lancé a la pisicina, esta vez esperando que si haya agua…”pues mira, no me importaría Raúl, nunca lo he hecho y si lo pruebo pues ya sabré si me gusta o no”, y para rematar la noche, se quedó unos minutos mirándome y sonriendo y me dijo; “pues venga, chúpamela”, yo para asegurarme no pisar en falso le dije: “¿qué dices? ¿estás de coña?”, el me respondió; “no no, como tu decías que hay que probar, pues bueno, prueba a ver…”, yo si que no me lo pensé dos veces, me dirigí hacia su polla que estaba en reposo, la empecé tocar y cogerla con mi mano hacia arriba y hacia abajo, y acto seguido hice lo que mas estaba deseando en el mundo en eso dos días, metí su polla en mi boca y empecé a chuparla, de abajo a arriba, le chupaba el capullo, por un lado, por otro, en fin, estaba aprovechando al máximo el momento. Muy muy pronto se le puso muy dura y grande, en reposo parecía que no era una gran polla, pero ahora que estaba dura y tiesa si que era grande.
El me advirtió; “tío, cuando me vaya a correr te aviso para que no te caiga dentro de la boca”, yo le respondí; “no no, no importa, córrete dentro, ya que probamos, probamos desde el primer plato hasta el postre”, y seguí chupándosela sin perder un segundo, el respondió riéndose. De vez en cuando soltaba algún leve gemido, y notaba que le daba placer. tardó un ratito en correrse, hasta que finalmente lo hizo, descargó toda su leche caliente en mi boca y resopló aliviado, retiró la polla de mi boca, yo me tragué su semen, era la primera vez que probaba el semen, obviamente, casi que ni le cogí el gusto porque me daba cosa, así que lo tragué sin más. El me miró tumbado en el saco y me dijo sonriendo: “¿te lo tragaste?”, yo le respondí que si, y además aproveche para saber qué tal le pareció: “¿y qué? ¿te gustó la experiencia o preferías como lo hacía Elsa?”, el se rio y me dijo “joder pues para ser la primera vez que lo hace no está mal, la verdad que si me gustó, aunque realmente estaba pensando que me lo estaba haciendo una tía, por que sino no me empalmo..jajaja”, yo le dije; “ok, pero lo importante es lo que sentiste y que te gustó, a mi también, la verdad que me gustó bastante…”
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